He estado paseando por el blog de esa Canija* (la mía) que no se cómo (ni ella tampoco, seguro) va viviendo casi, casi, las mismas cosas que yo. Incluso al mismo tiempo. Allí he encontrado esta canción que ella puso por las mismas razones que ya la pongo aquí:
Caminaba sin dirección
malherida del corazón,
sin ganas de vivir.
Refugiandome en el dolor,
esperando por un amor
que jamás parecía llegar
pasé mil noches entre lágrimas
rogandole al destino
una señal.
Cuanto más busqué
más sufrí,
más luché
más profundo caí
más lloré
no había nadie allí
consolándome
y cuando al fin de pelear
me cansé
y sola en mi soledad me quedé
el cielo te envió
te encontré.
Eras tú, no cambían dudas
pero después de tanto tiempo a oscuras
me podía equivocar.
Beso a beso me convencisite
en mi alma un jardín hiciste
y floreció por fín el amor
valió la pena tanta espera
que hoy la primavera renace en tí.
Estas aquí
y siento que hoy hay un mañana
de amor.
Porque a ellos les veremos,
y porque espero que nosotras
también, algún día, lo hagamos.